El tigre de los montes
El tigre de los
montes
Hasta aquí todo muy bien
No dejo de pensar en lo que no debo
Nada más
Lo otro, lo prohibido, lo que no puedo ni siquiera escribir
Acaba de aparecer
Del ocio, del cielo, del páramo maldito en donde se
ocultarán los huesos
Ni mi nombre sabrán
Ni mi nombre
Oí el canto de los árboles de los montes
De los sauces y los tigres monteses
Aullando como para asustar o seducir
Ojos firmes, movimientos suaves
Agazapado
Ágil, letal, hambriento
Sus colmillos, sus mordiscos
Mi yugular, mis gritos
Su mandíbula, su fiereza
Mi resignación, mi sentencia.
MJS
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