Marcelo J. Silva

La princesa de Parque Patricios Bajo el pórtico de una pizzería de Parque Patricios Susana descansa en secreto las horas del hambre Se mezclan en sus sueños la gente que pasa Con la gente que ha pasado por su juventud Ni siquiera quiero imaginar lo que debe ser es el frío Para alguien que vive bajo un techo de estrellas Mi abuelo me contó que había sido princesa e n los bailes de carnaval Que se hacían en Boedo Que había tenido una familia Que se había mudado cerca de Villa Devoto Que era hermosa Él la reconoció Ella también, pero se lo negó Quizás le haya dado vergüenza Mi abuela en cambio dice que es una loca, una pobre diabla Nadie sabe porque terminó así Unos dicen que fue cantante, otros actriz Otros que llegó a ser por un tiempo la primera bailarina del Colón Que se había enamorado de un hombre prohibido Hablan de una tragedia de sus compañeros en un avión De un hijo abandonado Una tarde me le acerqué para hablar con ella Nada me

Celos Mi más querido bien Mi tesoro Tengo que descifrar un código De la mentira o de la verdad Tengo que describir tu sombra El sentido de mis desvelos El sinsentido de que en el fondo Quiero saber lo que no sabrás El murmureo de la ventana El muro, la torre, el alfeizar El túnel húmedo del pasado Algo hay que dejar atrás, Algo hay Sin desencantos es tu silencio La cumbre artera de tu mirar Tu áurea nítida que no me asombra Tu aureola fresca, tu dormitar Hay que matar un recuerdo Hay que asesinar una canción Hay que retroceder u olvidar todo Un laberinto que no creo que tenga perdón Te despertaste aún más hermosa Ni siquiera tu sonrisa me ha de engañar Tus besos más que ardientes me lo confirman Sé que todavía no lo has podido olvidar. MJS

Apocalipsis ahora Ya nada es como entonces Los que escapamos tenemos la suerte de poder contarlo La mala suerte de aún estar vivos La desgracia de haber podido ver todo eso El cielo de repente se puso negro No era una tormenta, no era un eclipse Comenzó a fallar la gravedad Por momentos todo era muy liviano o todo muy pesado No llovía pero era como si lloviera No había viento pero los árboles agitaban sus ramas como nunca antes Vimos pasar algunos autos volando por sobre nuestras cabezas, también gente No era un terremoto pero la tierra se movía y se agrietaba En esas profundidades se veía una luz rojiza, el edificio de enfrente desapareció en uno de esos abismos No estábamos en el mar pero las olas azotaron las calles Fueron dos: la ida y la de vuelta Sin embargo lo peor era el sonido, ese estruendo que se sentía a lo lejos No era algo conocido, nos estremecía con su potencia, hacía temblar el piso, los pelos se nos erizaban. Tampoco era una lej