El día que mataron a John Lennon
El día que mataron a John Lennon
Hay días que quedan para siempre en nuestra memoria. Era chico,
tenía 7 años. Vivía en Salta. En la tele pasaron una noticia que paralizó todo:
anunciaban que habían asesinado a un tal John Lennon. Un músico, un tipo que parecía
ser importante porque todos estaban como conmocionados. Desde los periodistas,
mi mamá, mis abuelos, mis tíos. Todos. Mostraban imágenes y todo el mundo
estaba triste y parecía no entender que había pasado, o no querían creer. Yo no
entendía el porqué de tanta conmoción y llanto. No sabía quien era ese tipo. Le
pregunté a mi mamá y me dijo que era uno de los Beatles, el grupo de música más
grande que existió. Por la solemnidad con que me lo dijo yo me imaginé que eran
como una especie de semidioses musicales a los que había por poco que venerar.
Fue la primera vez que escuchaba ambos nombres: el de John
Lennon y el Los Beatles.
Ese recuerdo quedó ahí. En ese momento si bien la música me
gustaba mucho, (¿habrá alguien que no le guste la música?), yo no elegía que
escuchar. No tenía ni el criterio, ni la plata. Sin embargo escuchaba todo: los
discos que ponían en mi casa que por lo general eran de folklore (odiaba el
folklore cuando era chico), la música infantil de los cumpleaños, los temas de
la radio, los del colegio. Pero de John Lennon y Los Beatles, nada. Nada que
recuerde.Aunque no tanto.
Para algunas cosas tengo muy buena memoria. Me acuerdo de
las primeras canciones que se me pegaron. Debería tener tres o cuatro años y me
la pasaba cantando todo el día: “Suena la sirena, llegaron los bomberos, para
apagar el fuego, que hay en mi corazón”, era una cuartetazo de Carlitos Rolán
que me gustaba porque empezaba con el sonido de una sirena de bomberos y además
porque de chico me gustaba prenderle fuego a todo. También me la pasaba
cantando “El Cumbanchero”. “A cumba cumba cumba cumbanchero”. Lo cantaba y lo
bailaba. La versión que estaba de moda en ese tiempo no sé de quien era. La
busco y la busco y no la puedo encontrar. El tema de Carlitos Rolán en cambio, está
en Youtube. También por ese entonces pasaban por todos lados “My sweet lord” el
temazo ese de George Harrison. Me encantaba. Sin saberlo, eso era lo más
cercano Los Beatles y John Lennon que yo había estado. Hasta ese día en que
anunciaron su muerte en la tele.
Después del paso lógico por Parchis, empecé con mi propia
búsqueda musical. Eso fue entre sexto y séptimo grado cuando empieza el tema ese
de los bailes, de las compañeritas… bah, ese tiempo en el que haces la
transición de que si una chica te gusta tenés más ganas de darle un beso que jugar
a la rayuela con ella. Y lo mejor de todo es que a ellas les pasaba lo mismo.
Así que de repente te encontrabas en un baile, con las mismas chicas que
jugabas en los recreos, pero en lugar nuevo, haciendo otro papel, que casi nadie
sabía como interpretar y que al ir aprendiéndolo se te abre todo un mundo
nuevo. Y eso era buenísimo. Igual creo que me estoy desviando del tema. Aunque
no tanto, en lo bailes comencé a descubrir otro mundo nuevo, pero de música. Ahí
fue por ejemplo el primer contacto que tuve con Charly, cuando escuché “Estoy
verde”. Pero no sólo de rock se vive. También me gustaba Pocho la Pantera y el Conjunto Serpentina,
sobre todo sus tarantelas.
El próximo paso con la música fue cuando me regalaron un
grabador. Ahí ya tenía el poder de elegir. Ahí ya me podía comprar mis propias
cassettes. Los tres primeros fueron “USA for Africa”, “Rockas Vivas” de Miguel
Mateos y un grandes éxitos de Charly. En
ese tiempo me juntaba con algunos amigos que también les gustaba la música a
escuchar e intercambiar nuestros descubrimientos de bandas y de temas. Por ese
entonces me fui de Salta a Mercedes, provincia de Buenos Aires. Tenía doce
años.
Apenas me mudé a Mercedes estuve todo un verano viviendo en
la quinta de una tía Mi primo tenía un
tocadiscos y muchos discos. ¡Y qué discos! Conocí un montón de nombres nuevos:
Led Zeppellin, Rolling Stones, Pink Floyd, Credence, The Police, Deep Purple,
Sumo. Y por supuesto Los Beatles. De ellos tenía “Whit The Beatles” y " A Hard Day's Night". En un principio me gustaron más los Rollings, sobre
todo un disco que se llama “Between the buttons” y tambien el tema “Sympaty for
the devil”. Me encantaba sobre todo el corito “uh uuuh, uh uuuh”. Para Led
Zeppellin y Pink Floyd no tenía el oído preparado todavía. Pero de a poco me
fueron gustando cada vez más los Beatles. Así que decidí comprarme un cassette
como para tener algo que escuchar en mi grabador. Me acuerdo que me compré “20
Grandes Exitos de Oro”. Un disco con los mayores hits como para tener algo de ellos.
Llegué a mi casa y me puse e escucharlo. Cada lado duraba treinta minutos más o
menos. El primer tema: un temazo, el segundo también, el tercero mejor. No
podía creer lo fantástica que era la música que hacían estos tipos. Lo escuché
todo entero y quedé fascinado, así que lo escuche de vuelta y me gustó más
todavía, así que lo volví a escuchar. Lo escuché cinco veces seguidas. Estuve
embobado, cinco horas seguidas escuchando ese cassette. Ese día me fanaticé. Al
tiempo conseguí todos los cassettes. No les voy contar toda mi historia de mi
fanatismo con los Beatles. Es más, detesto el fanatismo.
Con el tiempo me fui enterando quienes eran como persona
cada uno de los Beatles. John Lennon no me simpatizó de entrada, creo que era
porque es el que les gustaba a todos y en mi rebeldía adolescente decía que mi
beatle preferido era Paul. Me gustaba por “Yesterday” y como solista por “Pipas
de la paz” y “No habrá más noches solitarias”. Después le seguí la carrera a George
cuando descubrí que ese tema que había escuchado de chico era de él. Así que me
empecé a comprar todos los discos de Harrison. A Ringo no lo puedo ni ver.
Pero John
Lennon fue John Lennon. Al principio no lo quería por pavadas que uno
lee por ahí: “John Lennon separó a los Beatles por culpa de Yoko Ono”. Y
pensaba como pudo salir con esa mina, él que podía tener a la mina que
quisiera. En ese momento no entendía nada. Ni del mundo, ni de la vida, ni del
amor. (ahora tampoco, pero creo entiendo un poco más que antes). El tipo fue un
revolucionario. Revolucionó la música, y no sólo a los que escuchaban música. A
los que hacían música. Les cambió la cabeza a muchos de los rockeros de fines
de los sesenta que ahora influyen en los músicos actuales. Preguntenle a Charly
sino. Pero no le bastó con la música nomás, el tipo luchaba por un mundo mejor.
El tipo era un idealita. Y no se quedaba en frases o pensamientos. Creo que
todos somos idealistas. Todos queremos un país mejor, un mundo mejor. Pero la
mayoría se queda en deseos y no hace nada para cambiar nada. Hay muchos que sí
hacen cosas, pero no tienen la influencia necesaria como cambiar el mundo, pero son necesarios, más allá que su influencia sea una persona, una familia, un
grupo de personas, un barrio, una ciudad o un país. En el actuar está todo.
Este era de los tipos que actuaban. Era amigo de Los
Panteras negras, activista contra la guerra de Vietnam. Fomentaba la paz,
“hagamos el amor y no la guerra”, ese era John Lennon. El tipo podía cambiar el
mundo de verdad. Esa clase de personas aparecen una cada mucho tiempo. Y a
cierta parte del mundo, (los que quieren que todo siga igual), esa clase tipos no les convienen. Así que a
John Lennon le pasó lo que a todo idealista soñador que puede cambiar el mundo
le pasa. Muere asesinado. Siempre fue así. Piensen en las personas que tenían
el poder suficiente para revolucionar el mundo como terminaron. Ya sean
religiosos, políticos, activistas. A todos los mataron. Si ya sé que después
nace el mito. Pero el mito no es la persona. Los que vienen detrás muchas veces
usan la imagen del mito para hacer todo lo contrario. Ejemplos sobran.
No tengo ni el conocimiento, ni las pruebas, pero el hecho
que detrás de la muerte de John Lennon haya existido una conspiración siempre
estuvo presente en mi imaginación. Les aconsejo que vean al documental "John
Lennon vs. USA".
Alguien dijo que cuando lo mataron a Lennon, no sólo lo
mataron a él, nos mataron un poco a todos. Mató las canciones que iba a
componer, los conciertos que iba a dar, sus pensamientos, sus mensajes, sus
sueños.
Desgraciadamente, el día que mataron a John Lennon fue el
día que él nació para mi. Fue el día que lo conocí. Desgraciadamente esa parte
del mundo que no le convenía que John Lennon estuviese vivo, y que no quiere
que el mundo cambie, sigue ahí. Por suerte cada vez conozco a más personas que
sueñan con un mundo mejor y que actúan para poder cambiarlo.
MJS
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