Phi Phi Island

Phi Phi Island

Bienvenidos al paraíso! Eso debería decir el cartel de entrada a Phi Phi Island. Es realmente un lugar hermoso. De los más lindos que he conocido. Llegué con una expectativa muy alta, y si bien está llena de turistas y negocios y hoteles, eso todavía no le quita el encanto.
Tiene playas con agua transparente y caliente y montañas llenas de vegetación, tipo selva.
Me hospedé en un dormi, éramos veinte en diez camas cuchetas y tres baños. Muy divertidas algunas cosas que pasan ahí y además todos muy buena onda y conoces personas de cualquier parte del mundo.
Yo me dediqué un día a recorrer la isla caminando por senderos rodeados de selva en busca de playas en las que no haya mucha gente. Es increíble ir caminando y ver por ejemplo un par de monos colgando de un árbol. Las playas no son todas lindas, de paisaje si, pero hay algunas que tienen muchas piedras. Pero descubrí una especial. Nada de gente, llena de palmeras, arena blanca y un arrecife de coral ahí, a unos treinta metros de la playa. Gran inversión la compra del snorkel. Es fabulosa la vida en el mar. Apenas me metí al arrecife me recibió un pescadito a rayas negras y amarillas que me enfrentaba. Como cuidando su lugar. Y a pesar que era chiquito, parecía como que me marcaba territorio. Desapareció un momento y sentí un pequeño mordisco. Era este pececito y de nuevo como que se ponía adelante. De ahí en más me siguió todo el tiempo. Vi muchísimos pescaditos de colores. Vi algunos raros.  Vi un pez globo y unos peces que parecían tigres. Siempre con el pececito a rayas a mi lado. El hecho de estar allí rodeado de corales y peces extraños y coloridos es fascinante. Le conté a una chica sobre esa playa y ella fue al otro día y me contó que vio los mismos e inclusive la recibió un pescadito atrevido (capaz que era el mismo) Ella hizo buceo y me contó que los peces de los arrecifes de coral tienen su casa, que viven toda la vida  en su arrecife de coral. Algunos buzos ya saben dónde vive cada pez. Yo me imaginaba que los peces eran nómades, que vivían viajando y recorriendo el mar. Como pueden vivir toda la vida en el mismo arrecife siendo el mar tan grande y maravilloso? Me preguntaba. Pero es así, toda la vida se quedan en su arrecife. Al menos esta clase de peces.
Fui a Maya Beach, donde se filmó la película de Di Caprio. Es linda si, pero será que eran tan altas mis expectativas o que estaba llena de gente y de barcos que no me resultaron tan fabulosas. Es increíble cómo los seres humanos vamos invadiendo los lugares donde la belleza y la naturaleza se conjugan. Y ahí está el hombre, para arruinar y vender esa belleza.
Otro día me alquile un kayak y remando llegué a otra playa que me dijeron que se podía hacer snorkel. Remar en el medio del mar, el viento en la cara, el sol en la espalda, llegar a una playa desierta y sumergirte y ver cientos de peces de colores. Ver la puesta del sol en el kayak, en el medio del mar, escuchando solo el sonido del agua y el viento... Durante todos esos momentos sentí una sensación indescriptible como que se me llenaba el alma. Esto sera la felicidad? Es que en este lugar el clima es caluroso, todo el día estoy en cuero y en patas caminando por montañas o nadando en lugares increíbles. En pleno contacto con la naturaleza. Quiero más de esto. Y por qué no? Quedarme a vivir en un lugar así.
Y además está lo enriquecedor de conocer gente. Conocí una chica argentina que hace un año esta viajando. Fuimos a cenar un par de veces y nos quedamos charlando sobre las cosas realmente importantes, como el arte, la vida y el amor. Y mientras más conoces personas, te das cuenta que todos tenemos más o menos los mismos problemas, los mismos miedos y las mismas dificultades para vivir, crecer y relacionarnos. Viajar es un aprendizaje y crecimiento constante, en muchísimos aspectos.
Hoy a la tarde no salió el sol. Camine, me quedé mirando el mar, me vi un picado de fútbol en la playa, no hice nada, descanse y a mi manera me despedí de estas islas. A la noche fui a cenar y tomar unas cervezas con un brasileño y una polaca y me defendí bastante bien con mi inglés. Pegamos buena onda en seguida. Ellos se quedan, yo mañana me voy de Phi Phi Island. Me quedé más tiempo del que pensaba y me gustaría quedarme más. Pero sigo, sigo el camino. Sigo para Kho Lanta, otra isla más tranquila y no tan turística como esta.
Voy a seguir descubriendo y sorprendiéndome de este país. Voy a seguir en búsqueda de naturaleza y playas y personas y lugares maravillosos como las que encontré aquí, en Phi Phi Island.

Marcelo Javier Silva
11 de Mayo de 2017

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